Los tonos vivos del Palacio da Pena lo convierten en una de las vistas más cautivadoras de todo Portugal. Con detalles en amarillo brillante, rojo carmesí intenso e intrincados azulejos azules, el palacio está coronado por un tejado azul aciano y elegantes cornisas de piedra. No es de extrañar que este lugar parezca de cuento de hadas.